¿Qué es procrastinar? ¿Qué es un procrastinador? El término procrastinar deviene del latín procrastināre, que significa postergar. También del griego antiguo akrasia, que se refiere a realizar algo contrario a nuestro mejor juicio.
Un procrastinador es aquella persona que tiende de manera “semiconsciente” a posponer ciertas actividades. Esta postergación puede ser por varias razones, pero el procrastinador está lejos de ser alguien perezoso.
Digamos más bien, que es una persona que tiene problemas para establecer prioridades y decidir.
Veámoslo así: Alguien que se levanta temprano, y siendo consciente que debe entregar una asignación para la que ya va retrasado, prefiere dedicarle las primeras horas del día y la mayor energía a actividades que nada tienen que ver con la asignación pendiente.
¿Qué ocurre? Que probablemente termine haciendo la asignación de forma apresurada y no quede lo bien que debió haber quedado. O simplemente abandona o sigue postergando la entrega.
Probablemente lo que pudo haber resuelto en las primeras horas del día, le obligará a tener un día el doble de largo, para poder cumplir con la obligación pendiente.
Por eso no sería justo tildar a un procrastinador de perezoso. Porque al final del día, la persona procrastinadora terminará haciendo más actividades. Aunque menos relevantes, y postergue la actividad que en realidad debe realizar.
Lo más delicado de la procrastinación es que puede poner en riesgo nuestra vida laboral, escolar y personal. Esto debido a su poca capacidad de establecer y mantener las prioridades claras en su vida.
Te puede interesar: Conoce sobre el Chi Kung y sus beneficios
Incluso, el procrastinador puede llegar a pensar que trabaja muy duro, y que su esfuerzo no es recompensado o no produce los resultados deseados.
La procrastinación no tiene que ver con algún defecto sicológico. Es más bien, un problema para enfrentar los estados de ánimo o emociones negativas que produce esa “tarea que postergamos”.
Es decir, tener un compromiso o tarea que nos genera angustia, ansiedad, aburrimiento, y no saber manejar este tipo de emociones, nos hace propensos a procrastinar.
¿Cómo saber si soy un Procrastinador?
Aunque todos somos o hemos sido “en distintas medidas” procrastinadores, hay ciertas señales a las que debemos prestar especial atención.
A continuación, te detallamos algunos aspectos que te ayudarán a saber si eres un procrastinador.
Reacción
El acumular pendientes nos hace mantener una reacción constante, buscando acelerar y realizar de forma apresurada esas tareas que debimos haber terminado tiempo atrás.
Repetición
Muchos somos quienes acostumbramos a mantener una lista de “tareas pendientes por realizar”. Si eres un procrastinador, observarás que, en todas tus listas, mantendrás tareas constantes o sin tachar.
Excusa
Un procrastinador siempre encontrará una excusa para no cumplir con su compromiso. El postergar la tarea es una constante al igual que justificar el hecho.
Todo para última hora
La mayoría de las veces, es a última hora que se está dando carreras para poder cumplir con la tarea asignada. Esto, además de ser complicado resulta molesto y hasta irrespetuoso para el entorno. Además, que se corre el riesgo de presentar un trabajo mal elaborado o de resultado indeseado.
Impuntualidad
La falta de puntualidad, de responsabilidad, por lo general, va de la mano con la falta de planificación y organización. Este tipo de acciones son típicas de las personas procrastinadoras, que, por lo general, va acompañado de un “yo soy así, y no puedo cambiar”.
Desorganización
La falta de orden y organización es una constante en el procrastinador. Por lo general, la persona procrastinadora es desordenada, y no tiene noción sobre los espacios que maneja.
Recomendado: ¿Qué es la neurociencia cognitiva y que aplicaciones tiene?
La procrastinación y el TDAH
La procrastinación puede estar relacionado con la depresión o con un tipo de trastorno sicológico como el déficit de atención e hiperactividad. Mejor conocido como el TDAH.
Esto no quiere decir que la procrastinación sea exclusiva de los individuos con TDAH. En un estudio sobre procrastinación y TDAH, se observó en una pequeña muestra de individuos con TDAH, los siguientes tipos de procrastinación:
- Falta de decisión: No poder decidir si se realiza la actividad o no
- Evitación: La postergación se hace como una forma de proteger la imagen que el resto tiene del individuo
- Estimulación: El aplazamiento se da porque el realizarlas bajo presión genera emociones y sensaciones más fuertes
¿Cómo dejar de ser un procrastinador?
Si consideramos que la procrastinación más que una condición es un problema de decisión, organización y priorización de actividades. Podemos decir, entonces, que una solución sería organizar nuestro tiempo, jerarquizar actividades y enfocarnos en realizarlas respetando dicho orden.
Para ayudarnos a dejar de procrastinar, podemos probar con:
- Considerar el éxito: Demostrarnos a nosotros mismos, que podemos realizar correctamente dicha tarea.
- Evitar tareas aburridas: Quizá sea un tanto contradictorio, porque probablemente las tareas “dificultosas” son las que tienden a aplazarse. El asunto es que las tareas deben representar un reto “manejable” para quien las realice.
- Conocer nuestras capacidades: Aquí entra en juego la asignación de tareas. Es necesario asumir retos que seamos capaces de realizar.
- Esfuerzo recompensado: Si condicionamos el esfuerzo con la recompensa, podemos asumir de mejor forma la tarea a realizar.
- Cuidar el entorno: Lo ideal es realizar la tarea o asignación en un mismo lugar, evitando los elementos distractores.
- Organización, método y agenda: Estableciendo el qué hacer, cómo y cuándo hacerlo, simplificará las acciones y evitará aquellas que hagan perder el tiempo.
- Definir metas a corto plazo y objetivos para realizarlas: Las metas a largo plazo resultan fáciles de abandonar. Sin embargo, podemos trazarnos metas a corto plazo, cumpliendo objetivo por objetivo.
Otras condiciones que pueden contribuir con la procrastinación, puede ser el miedo al fracaso o perfeccionismo extremo. Ya que, en el afán de evadir una respuesta negativa, el procrastinador prefiere ir posponiendo la actividad o acción a realizar.
Tipos de procrastinadores
De acuerdo con esto, existen dos tipos de procrastinadores:
- Los eventuales: No es recurrente su acción evasiva
- Los crónicos: Los que mantienen como constante la acción evasiva. Por lo general, dentro de este rubro se encuentran los individuos que presentan problemas de depresión o autoestima.
Existen factores externos que contribuyen a la procrastinación en las personas. Entre ellos podemos mencionar:
- La televisión
- Internet
- Teléfono móvil
- Redes sociales
Causas de la procrastinación
El sicólogo William Knaus, en su obra “Superar el hábito de posponer”, señala un conjunto de características personales de los individuos con tendencia a la procrastinación. Entre ellas están:
- Creencias irracionales-poca autoestima: Estas están fundamentadas en una apreciación poco favorable de sí mismo. Se sienten disminuidos e incapaces de cumplir con muchas de sus responsabilidades.
- Perfeccionismo extremo-miedo a fracasar: Justificar con falta de tiempo la postergación, se ajusta perfecto cuando no se tiene garantía de salir bien librado o triunfar.
Generalmente, esto se da en personas perfeccionistas que además se establecen metas poco realistas.
- Ansiedad-alarmismo: La acumulación de trabajo produce un alto nivel de ansiedad. La indecisión aunada a las expectativas ante una tarea, puede hacer sentir al procrastinador alarmado e indefenso.
Pueden también escudarse tras un “no estoy preparado para este mundo tan difícil”.
- Impaciencia-ira: Las exigencias fuera de orden, el sentir ese desvanecer de todo por incapacidad, hace sentir al individuo iracundo e impaciente.
El perfeccionista exagerado se ataca a sí mismo con concepciones, tales como: “yo debería ser capaz de realizar esto por mi cuenta”, “soy un idiota”.
- Reconocimiento externo: Basan sus acciones en la recompensa externa. Es sentir que, si el de afuera lo acepta y ama, él puede amarse a sí mismo.
La recompensa los hace sentir fuertes a nivel sicológico, por lo que muchas veces terminan aceptando y cediendo solo por agradar al resto.
- Sentirse saturado: Al no ser capaces de establecer prioridades, tienden a acumular trabajo, lo que les produce ansiedad, estrés, angustia, impotencia, entre otros sentimientos negativos.
Te puede interesar: Fobias: Qué son, Características y Clasificación
Tipos de procrastinación
Procrastinar tiene que ver con la acción de posponer, retrasar e incluso sustituir aquellas actividades que requieren de nuestra atención, por actividades menos relevantes.
Esta sustitución o postergación de actividades puede deberse a la no confrontación de los sentimientos o sensaciones negativas que produce dicha tarea. El temor a ser juzgado, a no conseguir un resultado ideal, el estrés que produce.
La procrastinación se presenta cuando el desagrado o descontento por realizar la actividad es mayor que la consecuencia de no hacerla.
Por lo tanto, estas condiciones “justifican” que la tarea sea pospuesta o suplantada por otras de menor importancia.
La procrastinación se divide de acuerdo a la causa que la genere. Por eso vemos la postergación de las acciones por:
- Evasión: Generalmente se da por baja autoestima, ya que no se “evita” iniciar la tarea por miedo a fracasar en su realización.
- Activación: Contrario a lo anterior, la postergación se hace hasta cuando ya no se puede evitar la realización de la tarea. Es decir, se realiza en el último instante.
- Indecisión: También conocido como el complejo de Penélope. Se refiere a las personas que, en el intento de realizar la actividad, se dispersan buscando la mejor manera de realizarla, pero sin llegar a tomar una decisión al respecto.
Esperamos la publicación sea de tu agrado. Síguenos para más contenido y ¡comparte en tus redes!