Seguramente has oído muchas veces ambos vocablos, por separado. Pero, “bebés arcoíris”, quizá no sean términos que pensáramos alguna vez podrían unirse.
Un “bebé arcoíris” es el término con el que se designa a todos aquellos bebés que son concebidos y llegan después de la partida de un bebé anterior. Partida que bien puede ser producida por un aborto espontáneo o posterior al nacimiento, lo que se conoce como muerte neonatal.
Y es que, así como el fenómeno natural conocido como “arco iris”, viene a dar luz después de la tormenta. Un bebé arcoíris viene a llenar de esperanza y felicidad la vida de sus padres, después de la tristeza producida por la pérdida.
Sin embargo, no deja de ser un conflicto que algunos integrantes del entorno familiar, puedan llegar a ver al nuevo bebé como un reemplazo, ante la pérdida sufrida.
Todo proceso de pérdida, merece y necesita vivir su duelo. El tiempo de duelo, es algo independiente y varía de una persona a otra.
En el caso de los abortos, son muchas las inseguridades que atacan a los padres a posteriori. Son muchas las interrogantes, los cuestionamientos que ambos pueden llegar a realizarse ¡Y no es para menos!
Pero, ¿por qué “bebés arcoíris”?
Se les denomina arcoíris a los bebés que llegan tras una pérdida. Adaptando el término al significado que las Sagradas Escrituras le dan al arco iris.
Según la Biblia, el arco iris es una promesa de renacimiento que le hace Dios a Noé. Apareciendo después del diluvio universal que acabó con la humanidad existente.
Entonces, al igual que el arco iris fue dado por Dios a la tierra, para sellar la promesa del renacimiento, así llegan los bebés arcoíris a la vida de sus padres.
Como una promesa divina de llenar su hogar de luz y esperanza, y traer nuevamente la alegría a la vida de sus padres, quienes vivieron el doloroso proceso de la pérdida.
De igual forma, así como después de una lluvia llega el arco iris a embellecer el firmamento, los bebés arcoíris iluminan la vida de sus padres. Llenando sus hogares de energías renovadoras y sanadoras.
El movimiento de los “bebés arcoíris” promovido a través de las redes sociales, busca enlazar a padres que han experimentado la pérdida de un bebé. Este punto común los hace más empáticos y pueden apoyarse, porque entienden mejor lo que está sucediendo.
¿Qué es el aborto?
Con el aborto se interrumpe de manera abrupta la gestación, en un momento en el cual el bebé no reúne las condiciones mínimas necesarias para su supervivencia fuera del útero.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, lo define como la pérdida de la gestación de un embrión o feto, que esté por debajo de los quinientos gramos y con una edad gestacional de veintidós semanas o menos.
También se le considera aborto a las pérdidas de aquellos fetos, que aunque no se encuentren dentro de los parámetros mencionados anteriormente, sus condiciones no le permitan mantenerse con vida fuera del útero.
¿Qué pasa después de un aborto?
De acuerdo a cifras de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, entre un diez y veinte por ciento de los embarazos no llegan a feliz término. Son interrumpidos antes de tiempo, por un aborto espontáneo.
Por lo general, los padres que pasan por una pérdida, por un aborto espontáneo, se enfrentan a una serie de sentimientos y emociones, que los obligan a realizarse muchas preguntas.
Los padres deben enfrentarse a la ira, a la impotencia, a la tristeza que les produce la pérdida. Se ven obligados a encarar su dolor, para vivir su duelo y superar toda la crisis que puede desencadenar la pérdida de su bebé.
El embarazo tras la pérdida
Por recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud “OMS”, tras sufrir un aborto, el tiempo que debe esperar la pareja para un nuevo embarazo es de seis meses.
Se estima que este es el lapso mínimo que se requiere, para que los padres vivan el duelo. Superen la depresión y consigan la fortaleza emocional necesaria para concebir y recibir al bebé arcoíris como una sanación y no como un reemplazo.
Este tiempo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, es tomado como el lapso necesario para recuperar la parte emocional. Consideran que seis meses es el tiempo que se supone “suficiente” para que la mujer se recupere del trauma sicológico causado por la pérdida.
Sin embargo, en una investigación realizada por The British Medical Journal en el año 2010 que buscaba “determinar el intervalo de embarazo óptimo después de un aborto espontáneo en un primer embarazo registrado”, concluyó que:
“Una mujer tras un aborto, cuanto antes se vuelva a embarazar, menos probabilidades tendrá de sufrir nuevamente un aborto o tener otras complicaciones durante la gestación”.
Esta investigación se basa en las condiciones físicas y en la capacidad de fertilidad de la mujer. Partiendo de que el embarazo es posible una vez que la mujer recupera su función ovárica y tiene su ciclo menstrual de forma normal.
¿Cómo recibir a un bebé arcoíris?
Existen asociaciones sin fines de lucro, dedicadas a la asistencia y acompañamiento de los padres que han experimentado la interrupción de la gestación. Los ayudan a prepararse para los nuevos embarazos y recibimientos de sus bebés.
Estos nuevos grupos de apoyos son de gran importancia para los padres de bebés arcoíris. Ya que, por lo general en cada embarazo y parto el referente es el anterior. Lo que hace, en estos casos, que salga el temor a que se vuelva a producir el aborto, o cualquier otra complicación.
Y es que el temor de los padres no es solo que se repita la interrupción del embarazo. También se presenta el temor de que con la llegada del nuevo bebé a sus vidas, se olviden del hijo que ya perdieron.
Este pensamiento puede generarles malestar, remordimiento. Hasta hacerles creer que no pueden disfrutar la llegada del nuevo bebé. Porque eso sería como si olvidaran el amor que sienten por el que ya no está.
Este tipo de sentimientos y emociones pueden llegar a considerarse normales. Siempre y cuando sea una etapa por la que pasen y no que queden atrapados en ella.
Es por esto que resulta de vital importancia, que los padres se tomen el tiempo necesario para sanar las heridas que pueda dejar la interrupción forzosa del embarazo.
Bebés arcoíris ¿Sanación o reemplazo?
Vivir el duelo es necesario para sanar los corazones, cerrar ciclos y prepararse para una nueva etapa.
Además, permite disfrutar de la llegada de su “arco iris” sin ningún remordimiento. Sin la duda de pensar si su nuevo bebé representa una sanación a su pena o un reemplazo al vacío dejado por la pérdida.
De igual forma, los integrantes del entorno de los padres de bebés arcoíris, deben ser cuidadosos con los comentarios que realicen. Al igual que la postura que asuman ante el nuevo embarazo.
Muchas veces, en el afán de consolar, emiten comentarios que pueden llegar a tener un efecto contrario.
La interrupción forzosa de un embarazo, puede llegar a dejar consecuencias importantes, tanto física como sicológicas en la mujer. Es una vivencia que llega a desencadenar un torbellino de emociones y sentimientos negativos.
Puede ir de la tristeza, a la ira, la angustia, desesperación, cuestionamientos, sentimientos de culpa y depresión. Sin dejar de mencionar los daños o cambios físicos que pueda llegar a sufrir.
Una mujer que haya sufrido un aborto, lo ideal es que reciba asistencia profesional, el apoyo de sus familiares y allegados, y viva su duelo para poder así superar la trágica situación.
Cada llegada de un hijo representa para muchos padres, la multiplicación del amor, el engrandecimiento de los sentimientos. Por esa misma razón, la partida de un hijo es igualmente dolorosa, ninguno hijo sustituye al otro.
Con la llegada de un bebé arcoíris los padres pueden disfrutar la calma tras la tormenta, una alegría inmensa una pérdida igualmente inmensa.
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