El secuestro de una persona es una acción aterradora que vemos hoy en dia y puede producir en la víctima el Síndrome de Estocolmo. A través de los medios de comunicación hemos visto casos muy sonados de secuestros, y en los cuales, el prisionero termina agradeciendo a su captor que le proteja su vida. Por tanto, tener sentimientos positivos e inclusive llegar a justificar el secuestro por parte de la víctima, es una característica resaltante de este síndrome.
Que es El Síndrome de Estocolmo ?
Es una alteración psicológica que consiste en el desarrollo de una relación afectiva entre la persona que ha sido secuestrada y su captor. Asimismo, se considera que es un trastorno temporal que se puede producir mientras dura el secuestro o posterior a la liberación. Es decir, que se establece un vínculo positivo entre el secuestrador y el rehén y donde la víctima apoya las causas de su secuestro. En muchos casos se llega a establecer una relación de complicidad donde el prisionero llega a ayudar a su captor.
Otras Formas de Síndrome de Estocolmo
Este síndrome se puede observar en las personas que sufren violencia doméstica en niños, quienes llegan a ser leales a quien los maltrata. Igualmente se observa en los grupos sometidos a entrenamientos militares, quienes sufren una experiencia traumática con el objetivo de que se establezcan vínculos entre las unidades militares y así sean leales entre ellos. Además, hay otras formas de este síndrome, entre las que están:
Síndrome de Estocolmo Doméstico
Se puede observar este síndrome en las personas que sufren de violencia doméstica por sus parejas, y que llegan a ser leales a quien les maltrata. Mientras, en el síndrome de Estocolmo original el secuestro es físico por el encierro, en el doméstico existe un secuestro psicológico y verbal.
Este síndrome se presenta en personas maltratadas por su pareja y también se le llama Síndrome de la Mujer u Hombre maltratado. Se produce cuando existe dependencia sentimental y hay abuso y violencia. La persona maltratada desarrolla una habilidad para afrontar la adversidad que esto produce y la disminución del dolor. Son personas que justifican a su pareja sobre su maltrato y además tienen distorsión cognitiva que produce la negación del maltrato.
La violencia sufrida por la víctima la conlleva a obedecer a su maltratador, quien tiene momentos de arrepentimiento y la víctima cree que es por amor, lo cual, la víctima engrandece. La víctima hace todo lo posible para no molestar y justifica todo lo que hace su agresor.
Síndrome de Estocolmo Laboral
Este síndrome se está observando con más frecuencia en personas que han tenido algún trauma en el trabajo, en donde el beneficio empresarial está por encima del empleado. En este caso, el empleado se identifica positivamente con un superior que lo maltrata. El maltrato hacia el empleado consiste en exigir trabajo de manera excesiva y en abuso verbal, y aun así el empleado es leal a este. Este tipo de maltrato afecta emocionalmente al empleado quien a pesar de esto, lo justificará y seguirá ofreciendo lealtad hacia este.
La causa del Síndrome de Estocolmo es el Secuestro, el cual es un hecho traumático para el secuestrado, llevándolo a generar un mecanismo de defensa, que puede generar en este síndrome.
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Origen
El nombre de este síndrome se origina en el año 1973 cuando en la ciudad de Estocolmo se produce un asalto al Banco de crédito. El asaltante, Jan Erik Olsson, se vió acorralado por lo cual toma cuatro rehenes, quienes eran empleados de dicho banco. Jan Erik exige que sea liberado un criminal que estaba en prisión llamado Clark Olsson, pero la policía le amenaza contra su vida, y es cuando sus víctimas deciden protegerlo. Otro rehén declaró durante su secuestro que no le tenía miedo a su captor y, al ser liberados, otro prisinero declaró que confiaban en su captor. Esta reacción fue denominada Síndrome de Estocolmo por el psiquiatra Nils Bejerot, que asesoraba a la Policía de Suecia durante el asalto.
Condiciones que determinan el Síndrome de Estocolmo
De acuerdo con el Psiquiatra Nils Bejerot este síndrome es más común en las personas que presentan:
- Violencia Intrafamiliar
- Víctimas de abuso sexual
- Prisioneros de guerra y de campos de concentración
- Víctimas de maltrato por su pareja
Síntomas del Síndrome de Estocolmo
El reconocimiento del Síndrome de Estocolmo se hace de acuerdo a los siguientes síntomas:
Sentimientos de Benevolencia
La víctima en un principio siente miedo de su captor y desarrolla un mecanismo de defensa que lo va acercando a este. Posteriormente va desarrollando sentimientos de indulgencia y comprensión hacia su secuestrador. y con el tiempo se produce un lazo afectivo donde la víctima no percibe que está secuestrada. Además, se desarrolla apego emocional y simpatía hacia su secuestrador, y desarrolla sentimientos negativos hacia la policía o autoridades.
Justificación del Secuestrador
En la medida que se produce la empatía entre la víctima y su captor, el prisionero llega a justificar el porqué de su secuestro. Produciendo el desplazamiento de la culpa de su secuestro hacia las autoridades enemigas del secuestrador. La víctima LLega a un estado emocional que niega el maltrato dado por su captor y en otros casos justifican el maltrato que este les da. Solo racionalizan la parte positiva de su captor, llegando a idealizarlo. Por otra parte, se olvidan de sus propias necesidades, dando prioridad a las del secuestrador.
Asimismo llegan a desarrollar un sentimiento de gratitud hacia su captor, entre otras cosas porque la experiencia les proporcionó crecimiento personal.
Sentimientos de permanencia
Esto se refiere al hecho que el secuestrado llega a mantener sus sentimientos positivos hacia el captor tiempo después de haber sido liberado.
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Tratamiento del Síndrome de Estocolmo
El síndrome de Estocolmo no requiere un tratamiento en específico, ya que una vez que la víctima retoma su vida y sus rutinas los sentimientos hacia su captor, desaparecen. En muchos casos se le dificulta a la víctima la separación con su captor, lo cual requerirá más tiempo para superarlo
La terapia psicológica será aplicada para ayudar a la persona a superar el trauma producido por el secuestro. La terapia a aplicar deberá reestructurar la situación que causó el trauma, junto a sus consecuencias y trabajar con los mecanismos de defensa que desarrolló la víctima durante el secuestro.
En gran cantidad de casos, se ha diagnosticado el Trastorno de Estrés Postraumático a la víctima, lo cual requiere Terapia cognitiva conductual, apoyo social y en algunos casos medicación.