¿El amor y la felicidad pueden sanar enfermedades? Esta noción común se pone a prueba en un análisis sintético de 30 estudios de seguimiento sobre la felicidad y la longevidad.
Parece que la felicidad no predice la longevidad en las poblaciones enfermas, pero sí la longevidad en las poblaciones sanas.
El efecto de la felicidad en la longevidad de las poblaciones sanas es notablemente fuerte. El tamaño del efecto es comparable al de fumar o no fumar.
Si es así, la salud pública también puede ser promovida por políticas que apunten a una mayor felicidad de un mayor número de personas.
Esto puede hacerse fortaleciendo las capacidades de vida individuales y mejorando la habitabilidad del entorno social.
Se proponen algunas políticas. Ambas formas de promover la salud a través de la felicidad requieren más investigación sobre las condiciones para la felicidad.
¿Verdad o mentira?
Se reconoce ampliamente que los factores mentales pueden influir en el funcionamiento físico y que el bienestar psicológico actúa positivamente en la salud física.
Esta idea no sólo vive entre los adeptos de la medicina holística, sino que también tiene una firme raíz en la psicología académica.
Existen buenas pruebas de los efectos negativos de la angustia mental en la salud física, por ejemplo, de la depresión, la ansiedad y la hostilidad.
También hay indicios de los efectos beneficiosos de los estados mentales positivos, como el afecto positivo.
En este contexto, se suele suponer que la felicidad favorece la salud física.
Se cree que el amor y la felicidad ayudan a curar a los enfermos y que protege a las personas en buen estado de salud contra la enfermedad.
Según este punto de vista, la atención de la salud no sólo debe ocuparse de la enfermedad, sino también de la calidad de vida en general.
Esta opinión se refleja en las definiciones amplias de la salud, como la definición de la Organización Mundial de la Salud de la salud como un estado de bienestar general físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades y defectos.
En esta línea también se afirma que la actual educación para la salud puede ser contraproducente porque pone freno a las cosas que se disfrutan como el fumar y el beber.
Notas diferentes
Por ejemplo, VanDam argumenta que las actitudes positivas no pueden detener las enfermedades graves y que la idea de «combatir el cáncer» con felicidad es una mera ilusión que culpa a la víctima.
De hecho, varios estudios no han logrado encontrar tiempos de supervivencia más largos entre los pacientes de cáncer felices y algunos estudios incluso informan de tiempos de supervivencia más cortos.
También hay dudas sobre el efecto protector de la felicidad e incluso informes de mayor mortalidad entre las personas alegres como resultado de sus estilos de vida más arriesgados.
Desde este punto de vista, la asistencia sanitaria se limita más bien a la salud física en sentido estricto, y no se fomenta una vida demasiado boyante.
Efectos de la felicidad en la salud física: Una revisión de la literatura de investigación
Evaluar el efecto del amor y la felicidad en la salud requiere, en primer lugar, que definamos claramente estos conceptos.
Los términos «felicidad», “amor” y «salud» se utilizan con diferentes significados, algunos de los cuales se superponen.
Evidentemente, sólo podemos evaluar los efectos significativos si nos ocupamos de cosas diferentes.
Un segundo requisito es la selección de medidas apropiadas de estos conceptos.
El amor y la felicidad se define como la apreciación global de la vida de uno como un todo, en resumen, cuánto le gusta la vida que uno vive.
El amor y la felicidad son un estado mental
Por lo tanto puede ser medida usando técnicas de interrogación, entre las cuales se encuentran las preguntas únicas y directas.
Los auto-reportes de felicidad parecen ser bastante válidos, aunque no muy precisos.
En cuanto al concepto de salud, se limito a la salud física, que se define en el sentido estricto de ausencia de enfermedad o defecto.
Lo hacemos para evitar el solapamiento conceptual con la felicidad o cuestiones de actitud relacionadas.
La salud física puede medirse objetivamente mediante evaluaciones médicas o subjetivamente mediante autoinformes. La medida más objetiva de la salud física es la longevidad.
El amor y la felicidad pueden proteger su corazón
La felicidad puede proteger el corazón al reducir la presión arterial, un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas.
Un estudio de más de 6.000 personas mayores de 65 años encontró que el bienestar positivo estaba relacionado con un 8% menos de riesgo de presión arterial alta.
La felicidad también puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, la mayor causa de muerte en el mundo.
Varios estudios han demostrado que ser feliz se ha asociado con un 13-26% menos de riesgo de enfermedades cardíacas.
Uno de los 1.500 adultos de larga duración descubrió que la felicidad ayudaba a protegerse contra las enfermedades cardíacas.
Seamos mas felices
La felicidad se asoció con un riesgo 22% menor durante el período de estudio de 10 años, incluso después de que se tomaran en cuenta los factores de riesgo, tales como la edad, los niveles de colesterol y la presión arterial.
Parece que el amor y la felicidad también pueden ayudar a proteger a las personas que ya tienen enfermedades cardíacas.
Una revisión sistemática de 30 estudios encontró que un mayor bienestar positivo en adultos con enfermedades cardíacas establecidas redujo el riesgo de muerte en un 11%.
Es importante señalar que algunos de estos efectos pueden haberse debido a un aumento en los comportamientos saludables para el corazón, como la actividad física, el evitar fumar y los hábitos alimenticios saludables.
El amor y la Felicidad ayudan a combatir el estrés
Normalmente, el exceso de estrés causa un aumento en los niveles de cortisol, una hormona que contribuye a muchos de los efectos dañinos del estrés.
Incluyendo la alteración del sueño, el aumento de peso, la diabetes tipo 2 y la alta presión arterial.
Varios estudios demuestran que los niveles de cortisol tienden a ser más bajos cuando las personas están más felices.
De hecho, un estudio en más de 200 adultos dio a los participantes una serie de tareas estresantes en el laboratorio.
Encontró que los niveles de cortisol en los individuos más felices eran 30% más bajos que en los participantes más infelices. Estos efectos parecían persistir con el tiempo.
Cuando los investigadores dieron seguimiento al mismo grupo de adultos tres años después, hubo una diferencia del 20% en los niveles de cortisol entre las personas más felices y las menos felices.
¿Puede el aumento de las emociones positivas en nuestras vidas hacernos más saludables?
Después de todo, muchos estudios han demostrado que las intervenciones de psicología positiva que generan AF, incluyendo la práctica de la gratitud y la amabilidad.
Saborear los eventos positivos, participar en la atención plena, pueden aumentar el bienestar psicológico.
Como concluyen los autores de la revisión, se necesitan más estudios a largo plazo con poblaciones y metodologías diversas para crear intervenciones efectivas que mejoren los resultados de salud.
Para los pacientes con enfermedades crónicas, por ejemplo, las intervenciones deben tener en cuenta los estadios de la enfermedad, el contexto, el tipo de AF y las necesidades psicológicas del paciente.
El amor y la felicidad en nuestra dieta de vida
Mientras tanto, sin embargo, podemos animarnos con los prometedores hallazgos de la investigación actual.
Una dieta estable y variada de experiencias emocionales positivas puede ser un contribuyente clave para una vida saludable.
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