Apofenia y pareidolia, ¿has oído hablar de ellas? Si no sabes de qué se trata, te invitamos a que sigas leyendo. Aquí te hablaremos de qué son, de cuáles son sus diferencias, y en qué se asemejan la una a la otra.
¿Qué es la apofenia?
Etimológicamente hablando la palabra apofenia deriva del griego ἀπό, apó que significa «separar o alejar», y φαίνειν, phaínein, que se refiere a «aparecer o manifestarse de forma fantasiosa, fantasmal”.
Partiendo de esta acepción, se puede decir que la apofenia se refiere a la capacidad de visualizar patrones y/o conexiones en eventos aleatorios o hasta en circunstancias aparentemente sin sentidos.
La apofenia se considera un “prejuicio o sesgo cognitivo”, es una ilusión de serie.
En ramas como la sicología y las estadísticas, la apofenia puede tener un sentido diferente.
Klaus Conrad, neurólogo y siquiatra de origen alemán, en el año 1959 definió la apofenia como:
Una “visión sin sentido de conexiones” aunada a “experiencias concretas de dar sentido anormal a aquello que no lo posee”.
Es decir, ese hábito que tomamos creyendo que por hacerlo ocurre algún otro evento, como pasar al costado del teléfono y pensar que va a sonar y que suene.
Atribuir que sonó al hecho de que le pasamos por el lado y no al de que alguien llamó, es lo que se conoce como “apofenia”. Aunque coloquialmente y por mucho tiempo lo hallamos llamado “superstición”.
En el año 2001 Peter Brugger neurocientífico suizo, partiendo de la definición dada por Conrad, definió la apofenia como:
Una percepción no motivada de vínculos aunado a la asignación de un significado anormal.
En la concepción inicial de Conrad sobre la apofenia, la relacionó con la distorsión de la realidad propia de la psicosis. Sin embargo, se ha ampliado más su presencia en individuos sanos.
Esto quiere decir que no necesariamente, ante la existencia de la apofenia también existan las patologías mentales o neurológicas.
En cuanto al uso de la apofenia, se ha podido generalizar en explicaciones de aseveraciones paranormales o de índole religioso. Alegando incluso, que la apofenia puede representar un nexo entre la creatividad y la psicosis.
Casos de apofenia
Un ejemplo de casos de apofenia puede ser, la creencia que tienen algunos profesionales de la salud asignados al área de urgencia, de que las noches de luna llena hay más actividad que en el resto de las noches.
Cuando lo que en realidad sucede es que se le presta especial atención cuando estos eventos ocurren de forma simultánea, y el resto, opuesto a la creencia se desestima.
Otro caso de apofenia pueden ser las grabaciones de supuestos “fantasmas, espectros, esferas de luz”, que atraviesan paredes o flotan en el aire. Cuando la realidad es que son producidas por algún artefacto, insecto, reflejo de luz, mota de polvo o hasta alguna ilusión óptica.
¿Qué es la pareidolia?
Etimológicamente hablando, el vocablo pareidolia deriva del griego eidolon (εἴδωλον) y el prefijo para (παρά), que significan “imagen o figura” y “adjunta o junto a”, respectivamente.
La pareidolia es un fenómeno sicológico. Es una respuesta de la mente ante un estímulo fortuito, que por lo general corresponde a una imagen, la cual es percibida de forma errónea como una forma identificable.
Evaluaciones sicológicas, como el test de Rorschach, utilizan el fenómeno de la pareidolia en sus prácticas.
En la pareidolia, las personas pueden llegar a ver o interpretar caras en las imágenes, o los patrones de luces y sombras que observan.
Esa costumbre que quizá muchos hemos tenido desde siempre de buscar caras o animales en las nubes, no es más que el fenómeno sicológico conocido como pareidolia.
Una investigación de magnetoencefalografía realizado en el año 2009, halló que los objetos divisados como rostros despiertan una activación prematura del área fusiforme de los rostros. Esto en un espacio y tiempo determinado parecido al provocado por las caras.
Sin embargo, otros objetos comunes no despiertan la misma activación.
Esta activación es parecida a un tiempo un tanto más rápido, que se aprecia para imágenes reales de rostros.
Los autores del estudio estiman que la apreciación del rostro recordado por objetos semejantes al rostro es un proceso relativamente precoz. Y no un fenómeno de reinterpretación cognitiva tardía.
Dos años después, en el 2011, una resonancia magnética arrojó de forma parecida que la presentación reiterada de formas visuales novedosas que se descifraron como reveladoras, encaminó a una baja en las respuestas para objetos reales.
Dando como resultado que la lectura de estímulos confusos depende de métodos equivalentes a los inducidos por objetos conocidos.
Estas investigaciones pudieron esclarecer la razón por la cual las personas tienden a identificar, de forma rápida y sin dudas, como una “cara” a unas líneas y un círculo.
Los procesos cognitivos se activan por el objeto “parecido a la cara”. Esto despierta en la persona que observa el interés por el humor y la identidad del sujeto.
Inclusive, esto se da anterior al proceso en el que la mente de forma consciente comienza a procesar o a recibir la información.
Un “cara de figura de palo” pese a lo simple que pueda parecer, es capaz de enviar información sobre el estado anímico. Su representación puede ser usada para señalar emociones contrarias como la ira o la felicidad.
Existen personas con una mayor capacidad de descifrar con más rapidez el estado mental de un individuo. Lo que les permite poder reaccionar de una forma más rápida y acertada.
Ejemplo de ello, lograr interpretar la intención de alguien amenazante y poder responder con huida o ataque, según prefiera.
Casos de pareidolia
Algunos ejemplos de pareidolia son:
- Imágenes de animales o caras en las formas de las nubes
- Cuerpos humanos, caras formadas por montadas
- Caras con las partes delanteras o traseras de los vehículos
- Figuras de personas en el pavimento o calzadas
- Mensajes en idiomas desconocidos o al reproducir los audios al revés
- Figuras religiosas o emblemáticas en objetos cotidianos como piedras, árboles, plantas.
Diferencias entre apofenia y pareidolia
La apofenia permite enlazar visiones sin sentido unidas a experiencias concretas, dándole un sentido anormal cuando no lo posee. Se relaciona incluso, con supersticiones, cosas como que levantarse siempre con el pie derecho trae buena fortuna.
En la pareidolia, se observan imágenes o patrones, que simulan o asemejan rostros. Llegando a percibir estado de ánimo, humor y hasta la intención del sujeto.
Aunque ambos representen una interpretación errada, en la apofenia se les da interpretación a eventos. Mientras que en la pareidolia condición humana a aquello que no lo posee.
La pareidolia se considera como una subdivisión de la apofenia.
Similitudes entre apofenia y pareidolia
La apofenia y la pareidolia son lo que se consideran como sesgos cognitivos, prejuicios y espejismos.
En ambos fenómenos, se tienen visiones irreales dadas por una mala interpretación hecha por el cerebro.
Así que ya sabemos que mirar y hurgar entre las nubes, en los árboles, montañas, y en cualquier otro objeto hasta encontrar caras, personas, animales no es más que una combinación de vista y cerebro.
Cuando conseguimos esas caras, personas o animales es la respuesta “equivocada” del cerebro ante el estímulo, y es lo que se conoce como “pareidolia”.
En el caso de la “apofenia” el cerebro da sentido a eventos que no lo tienen, relacionándolos entre sí, incluso dándole características paranormales.
La apofenia podemos relacionarla directamente con casos supersticiosos. A lo largo de la historia, muchas películas nos han mostrado como se relacionan directamente las noches de luna llena con una mayor ocurrencia de actos violentos.
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