Dejar de procrastinar: cómo conseguirlo según la ciencia

Postergar las actividades que tenemos pendientes se vuelve un problema tan serio que puede afectarnos en estrés y ansiedad, pero que simplemente a veces no sabemos cómo dejar de procrastinar.

En muchas ocasiones sucede que hay ocupaciones pendientes por hacer. Por ejemplo, una tarea de estudio, que tiene bastante tiempo esperando por ser atendida hasta que justo faltan un par de días por entregarla y resulta que no has comenzado con nada al respecto. Por lo que debes correr a finalizar la actividad para poder cumplir a tiempo y ese proceso termina resultando de gran estrés.

Consejos para dejar de procrastinar

Eso es, básicamente, una de las consecuencias más comunes de procrastinar. La verdad es que las razones por lo que eso sucede son profundas, en un nivel psicológico que puede ser atendido para comenzarlo a trabajar y mejorar.

Por tanto, si estás buscando ayuda para saber cómo dejar de procrastinar y no sufrir de las consecuencias que conlleva este hábito, entonces te recomendamos que te quedes leyendo toda la entrada. Ya que, queremos explicar algunos métodos que pueden aplicarse según lo indica la ciencia.

¿Cuáles causas son las que nos llevan a postergar?

Procrastinar tiene explicaciones desde un sentido psicológico. Una de las causas que explican los expertos por las que más se postergan los avances de ciertas actividades (incluso las más comunes, como doblar la ropa) se debe a que puede relacionarse con un esfuerzo desde el subconsciente para autopreservarse.

Y, otras de las razones a la que mayor referencia se hace es que, el cerebro busca engañarte. Lo hace enviándote mensajes para hacer tareas o trabajos más pequeños, fáciles e insignificantes al momento. A modo de llenar el tiempo con ese trabajo “productivo”, dejando a un lado proyectos más grandes e importantes.

Así es como lo precisa uno de los estudios practicados por la Universidad de Yale con respecto al tema.

Entonces, en resumidas palabras, nuestro cerebro busca hacernos trampa para que dejemos en el olvido a las cosas más importantes por hacer. La pregunta, al final de todo, es ¿cómo dejamos de procrastinar?

Lo que la ciencia dice sobre dejar de procrastinar

Si lo que estás buscando es la respuesta para dejar de sentirte estresado, angustiado, ansioso y demás emociones parecidas causadas por la procrastinación, entonces te decimos los métodos claves según la ciencia.

Metas pequeñas

Para avanzar con proyectos que son extensos y muy grandes, en recomendable dividir la tarea en metas más reducidas para aumentar la productiva mediante la completación de alguna de ellas.

En ese sentido, entonces no se estaría procrastinando, aunque tampoco es que se termina el proyecto de una vez, sí se hace un avance significativo.

Pero, para determinar esas metas pequeñas, debes saber cómo plantearlas. Para ello, se aconseja trazar una ruta de los elementos o temas iniciales. Dicho método se puede aplicar a un esquema bastante preciso y detallado, así no dejas nada por fuera a la vez que vas progresando, algo parecido a la técnica de los Objetivos SMART.

En un estudio, relativamente nuevo, se precisó un fenómeno que se denomina como el Principio del Progreso. Tiene que ver con que de cada actividad que consigue estimular por medio de percepciones y emociones cotidianas, lo que más importancia tiene es aquello que se consigue progresar en el trabajo significativo.

Es decir que, es necesario comprender que cada vez que celebramos las metas más pequeñas que alcanzamos que conforman a un proyecto o propósito mucho más grande, entonces estaremos estimulando una mejora del ánimo y motivación por nuestro trabajo.

Así que, no creas que por cumplir metas pequeñas, entonces no deberían apreciar o celebrarse. En realidad, hacerlo supone un estímulo positivo para seguir avanzando con las demás propuestas, pues la productiva sí que tiene una relación con la felicidad.

Establece fechas

Muchas personas se enfocan en aquello que deben entregar en la fecha más próxima. Por lo que entonces se recomienda que se establezcan fechas de entregas según el sentido de urgencia.

Ese mismo sentido infundido se refiere a que establecer una fecha, de acuerdo a la cantidad de días, genera una urgencia distinta (mayor) que si se dice en meses o semanas.

Por ejemplo, establecer que un proyecto o actividad debe entregarse en dos meses no genera el mismo sentido de urgencia que si establecemos que el mismo trabajo debe ser terminado en 60 días, ¿Verdad?

Algunos investigadores de la Universidad de Michigan señalaron por medio de un estudio correspondiente al tema que, establecer las fechas de entrega de cualquier asignación, promueve la sensación de que el tiempo transcurre más rápido debido a que el “yo” del presente se conecta con el del futuro.

No se trata de una carrera

Una fecha de entrega establecida se queda en nuestra mente porque debemos cumplirlo. Pero, por más que queramos terminar todo en lapso de tiempo muy extenso, en realidad es posible que el rendimiento sea más bajo por el cansancio.

Muchos científicos consideran que, para avanzar, lo ideal sería trabajar en periodos de 52 minutos con descansos de 17 minutos. Este método puede ayudarte a dejar de procrastinar y elevar la productividad.

Si sientes que esa condición es muy pesada y quizá no puedas cumplirla, entonces hay otras, como la técnica Pomodoro, que también puede emplearse para avanzar en un proyecto.

Puede que quizá suene como algo contradictorio que debas descansar cuando en realidad lo que necesitas es terminar algo.

Pero durar un maratón o carrera producirá mucho agotamiento, la creatividad y productividad puede verse afectada por lo mismo si no se descansa cierto tiempo.

El estrés sabotea

A muchas personas bajo estrés, la productividad termina viéndose comprometida. E incluso, desde un aporte más científico e investigativo, Towers Watson se encargó de demostrar por medio de un estudio aplicado a una cantidad determinada de empleados que el 57% de los que se encuentran con altas cargas de estrés, resultan menos productivos.

Así que no tengas tanto miedo en tomar un respiro profundo cuando te sientes tan abrumado que no conectas con aquello que haces. Drenar dicho sentimiento podrá ayudar en retomar con un enfoque más preciso y claro sobre lo que debes abordar.

Es así como concluimos que, para dejar de procrastinar, hay que tomarlo en serio. Es importante comprender que comenzar con pequeños pasos te encaminará a terminar más rápido de lo que crees esos pendientes importantes. Y no tendrás necesidad de terminarlos con altos niveles de estrés, cansancio y demás.

Proponerse dejar de procrastinar quizá no es una cuestión que puedas hacer de un día a otro, llevará días de práctica para conseguirlo. Quizá es mucho más complicado si ya eres un procrastinador crónico de muchos años.

Es posible que muchas veces desistas de esos métodos que señalamos porque a veces es difícil desprenderse de un hábito mientras se forma uno nuevo.

Lo importante es intentarlo hasta conseguirlo, aunque tome tiempo, cada persona tiene ritmos distintos. Lo que sí podemos tener en cuenta son cada uno de los elementos claves que la ciencia nos aconseja para dejar de procrastinar. ¿Los pondrás en práctica para dejar de procrastinar?

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